Por Mario Pérez
A principios de agosto, se hizo viral un video en redes sociales, en el que un presunto delincuente era golpeado por los pasajeros de una combi durante varios minutos, luego de un fallido intento de asalto en la unidad que se desplazaba sobre la carretera México – Texcoco.
En otro video relacionado con el mismo hecho, se observa cómo el presunto asaltante, es bajado de la unidad de transporte público y dejado tirado en la calle sin ropa, sobre el mismo eje carretero, a la altura del municipio de La Paz, Estado de México.
¿Es posible que el hartazgo de la población haya provocado en los pasajeros esta reacción violenta hacia el presunto delincuente?
En este sentido, hay que indicar que el Estado de México es la entidad que concentró la mayor cantidad de robos a transporte público colectivo a nivel nacional durante el primer semestre del actual año, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), con un total de 3,204 casos.
Con base en los mencionados datos, durante el primer semestre del 2020, en promedio se registraron cerca de 18 robos diarios en transporte público colectivo en el territorio mexiquense.
De acuerdo con las mismas cifras, más de la mitad de los asaltos en transporte público colectivo a nivel nacional, acontecieron en el Estado de México, pues este albergó el 55.5% de los casos durante los primeros seis meses del año.
Sin embargo, los atracos no son los únicos delitos en la entidad a los que se está expuesto en estas unidades, pues, aunque podría parecer que son delincuentes de ocasión, muchos de estos individuos pueden pertenecer a bandas más grandes, dedicadas a otras actividades criminales, como el secuestro y la extorsión.
Por mencionar un ejemplo, a mediados de mayo, un chofer y su acompañante fueron asesinados a balazos cuando circulaban por vialidades de la colonia Benito Juárez, en el municipio de Nezahualcóyotl.
¿El motivo de la agresión? De acuerdo con transportistas de la zona, el ataque se debió a la negativa a ser extorsionados, no cumpliendo con el pago del llamado “derecho de piso”.
Asimismo, un mes antes, una unidad del transporte público fue incendiada en el barrio Xaltipac, en el municipio de Chimalhuacán; la razón habría sido porque la propietaria se negó a pagar una extorsión.
De esta manera, además de enfrentar el riesgo de un posible contagio de Covid-19, pasajeros y choferes del transporte público tienen que lidiar con los delincuentes que operan en el Estado de México. Las cámaras instaladas en muchas de las unidades, no han parado con el fenómeno, sino que sólo han convertido estos crímenes en un circo mediático. En este tema, las autoridades han sido rebasadas.
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