Entrada: Vivir con dos flagelos: el turismo mexicano frente a la pandemia de Covid-19 y el gobierno de AMLO

Por Helio Jiménez

La crisis generada por el virus Covid-19 ha afectado a diversos sectores de la sociedad, entre ellos el turismo. En el caso mexicano, este sector aporta el 8.7 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB) y generó 4.5 millones de puestos de trabajo, de acuerdo a cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

¿Acaso el gobierno mexicano contempló que la pandemia no sólo invadiría el sistema de salud, sino que extendería sus tentáculos a otros ámbitos económicos? La respuesta ante este panorama, ha sido poco afortunada

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), señala que México es el sexto país con más empleos turísticos, de tal manera que calcula que estarían en peligro 1.7 millones de puestos de trabajo a razón de la presente crisis.

Este contexto, ha superado todas las expectativas. Ni las crisis originadas por el ataque del 9/11, el SARS o el A-H1N1, habían presentado tanta gravedad como la que actualmente enfrenta el sector. Ahora, con base a un análisis del Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac (Cicotur), se estima que el daño económico al turismo nacional puede ascender a más de 240 millones de pesos, lo que equivale a un 25 por ciento más que el costo de la refinería Dos Bocas o 1.7 veces el costo de inversión previsto para el proyecto del Tren Maya.

Por su parte, la Secretaría de Salud, en coordinación con la Secretaría de Turismo, establecieron una serie de lineamientos que los centros de hospedaje deberán seguir durante la emergencia, entre las cuales están: la restricción a realizar reservaciones durante la contingencia, podrán recibirse a viajeros de negocios, siempre y cuando demuestren sus motivos laborales, la movilidad se limitará exclusivamente a sus habitaciones, los centros de hospedaje habilitados para la atención, serán preferentemente aquellos que cuenten con servicio médico, entre otros.

Sin embargo, gobiernos locales como los de Nayarit o Guerrero, han determinado el cierre de sus playas, con el fin de evitar propagar el virus a poblaciones con menor desarrollo e infraestructura de salud.

Dicha medida obedece a una recomendación intercedida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que prohíbe aglomeraciones de más de 50 personas en un mismo lugar y tiempo. Respecto al tema de las playas, destaca el hecho de que, a pesar de dichas restricciones, un número de turistas se resiste a acatar las medidas como lo fue en la playa Villa del Mar en el estado de Veracruz, y otros casos donde los pobladores se organizaron para evitar el ingreso de turistas ante el temor de resultar contagiados como lo fue en la playa Sayulita, localizada en el estado de Nayarit.

No hay que olvidar que, el presidente Andrés Manuel López Obrador, está en contra de que los días feriados oficiales, se recorran al lunes de la semana en que se ubican. Él prefiere que la festividad se conmemora en la fecha exacta. Pareciera que el mandatario no entiende el daño que esto generará a un, de por sí, sector turístico vapuleado por la presente crisis. Los puentes por días festivos reactivan la economía interna. En fin, una raya más al tigre, otra más que a López Obrador se le va de las manos.

Para mayores informes: contacto@movisafe.com

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