Por Isabel Herrera
Los avances tecnológicos que permiten al ser humano realizar su vida cotidiana de una manera cada vez más práctica, también han permitido que la delincuencia implemente nuevas estrategias para lograr sus objetivos.
Las extorsiones telefónicas no son un tema nuevo, sin embargo, después de haber desgastado el viejo modus operandi, en donde un criminal se hacía pasar por un familiar o conocido de la víctima, que se enfrentaba a una supuesta situación de riesgo y en la cual se demandaba cierta cantidad de dinero a cambio de su liberación, han evolucionado al vishing, el cual es definido por instituciones bancarias como una nueva modalidad de estafa que pretende suplantar la identidad del afectado, consiguiendo información confidencial a través de un presunto agente bancario.
¿Cómo funciona?
Se recibe una llamada telefónica, correo electrónico o mensaje de texto, desde un número similar o idéntico al de una institución bancaria, mediante los cuales se alerta de una supuesta compra a través de una de nuestras tarjetas de crédito o débito, motivo por el cual solicitan proporcionar el número de la tarjeta y nuestro Número de Identificación Personal (NIP) o el Código de Verificación de la Tarjeta (CVV) para proceder a la cancelación de dicha compra.
Sin embargo, lejos de ser una llamada legítima, lo que se busca al obtener esta información confidencial no solo es tener acceso a la cuenta de la cual acabamos de dar los datos, sino que también se procede a la grabación de nuestra voz repitiendo un texto proporcionado por el estafador, similar al que algunos bancos piden cuando realizamos un trámite bancario vía telefónica. Posteriormente, con esta grabación se logran cambiar las contraseñas y tener acceso a nuestras aplicaciones móviles, desde las cuales se pueden controlar otras cuentas o tarjetas que se encuentren vinculadas.
¿Cómo evitarlo?
En primer lugar, las instituciones bancarias no realizan este tipo de contacto para notificar sobre compras o intentos de ellas, mucho menos para pedir nuestro NIP o CVV; esta información es confidencial y se debe de hacer caso omiso a cualquier institución financiera que lo solicite de esta manera.
Si se llegase a ser víctima de este tipo de fraude y durante la llamada se llega a proporcionar algún dato confidencial, lo mejor es colgar de inmediato y contactar a nuestro banco mediante los números de Atención al Cliente que vienen en el plástico de nuestras tarjetas, para proceder a su bloqueo y reposición. Si la reacción es inmediata, se evitará que el o los criminales tengan acceso a ellas, además de impedir que procedan las compras no reconocidas.
Para mayores informes: contacto@movisafe.com