Por Mario Pérez
En el robo a transportista, parece que el gobierno también tiene otros datos, pero esto no es algo que haya nacido con el mandato de López Obrador, sino que las cifras en algunos estados llevan varios años estando muy por debajo de las que reportan diferentes instituciones.
Ejemplo de ello es Guanajuato, entidad que –de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP)– de mayo del 2019 a abril de 2020, registró 32 robos a transportista mientras que, con base en números de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en el mismo periodo se suscitaron 924 episodios de robo de equipo pesado que se encontraba asegurado.
Pese a que podría haber diferencias metodológicas entre el SESNSP y la AMIS, y aunque no todos los robos se denuncien y que no todo el equipo pesado sea de autotransporte, las diferencias son notables.
A esta situación, habría que agregar que la AMIS solo contabiliza las unidades aseguradas, por lo que hay una cifra negra en sus estadísticas que corresponde a los vehículos que no cuentan con seguro, lo que exacerba aún más la discrepancia entre ambas partes.
Celaya, Guanajuato, municipio sacudido por la violencia resultado de la disputa criminal entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL) es un ejemplo más de las diferencias de cifras del robo a transportista.
Mientras que, de acuerdo con cifras de la AMIS, de mayo del 2019 a abril del actual año, no hubo municipio a nivel nacional con más robos de equipo pesado que Celaya, con un total de 424 casos. No obstante, en el mismo lapso, con base en datos del SESNSP, tan solo se contabilizó un episodio de robo a transportista. ¿Una prueba más de la realidad alterna en la que se encuentra este gobierno?
Pero la AMIS no es la única que tiene datos distintos. La aseguradora Quálitas, por su parte, ubicó a Veracruz como la tercera entidad con la mayor cantidad de robos a unidades pesadas, con un total de 800 casos, entre abril de 2019 y marzo de 2020, mientras que el SESNSP contabilizó 183 eventos de robo a transportista en la entidad durante el mismo periodo.
A esto debe agregarse que Quálitas únicamente incluyó las cifras de sus asegurados, lo que representa una muestra menor a la de AMIS, que contabiliza datos de buena parte del sector de las aseguradoras.
En este sentido, si solo se hace caso a las cifras que publica el SESNSP, se estaría ante una visión sesgada sobre cuáles son realmente los focos rojos del robo al autotransporte. Esta situación conlleva a que se pueden tomar malas decisiones en lo que concierne a la selección de rutas y las medidas de seguridad a implementar cuando se transite por ciertos puntos del país.
Una cosa es clara: hay un problema en los datos que otorgan las Fiscalías de algunos estados y que terminan publicados en el SESNSP, pues éste acaba por reportar una cantidad considerablemente inferior de casos de los que en realidad acontecen.
Siendo así, ¿podemos creer en las autoridades cuando reportan una tendencia a la baja en la incidencia de este delito, como sucedió en diciembre del año pasado cuando Alfonso Durazo, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) manifestó que el robo a transporte de carga en carretera había disminuido de manera sensible? La transparencia, no es una virtud que juegue de ese lado.
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