Redacción Movisafe
Desde hace poco más de tres meses el país entero se encuentra en pausa, debido a la emergencia sanitaria que desató el brote de la pandemia causada por la enfermedad COVID-19. El aislamiento al que se vio sometido la sociedad, como principal medida para evitar la propagación de este virus, se convirtió en un duro golpe para la mayor parte de los sectores económicos del país.
Sin embargo, la inseguridad se sigue posicionando como una de las principales amenazas que sufren las empresas. De hecho, durante la propia emergencia sanitaria podría haberse esperado que al menos los robos hubiesen disminuido, no obstante, la realidad fue distinta. En este sentido, los robos a transportista se incrementaron cerca de un 7% en el segundo bimestre del año, en comparación con el periodo previo que abarcó enero y febrero, de acuerdo con cifras de la aseguradora Quálitas.
Los objetivos de los grupos dedicados a esta actividad, se enfocaron en mercancías de primera necesidad como alimentos y bebidas procesadas, artículos de higiene personal y limpieza, así como medicinas. En este contexto, se puede apreciar que se está frente a una clara migración y ampliación de actividades por parte de la delincuencia hacia los circuitos de carreteras del país de manera generalizada.
Este incremento entre marzo y abril, en comparación con los dos primeros meses del año, se presentó a pesar de que una tercera parte de la flota de vehículos para el transporte de mercancía a nivel nacional está detenida por la pandemia, de acuerdo con la aseguradora Quálitas.
Debido a la coyuntura política prevaleciente, sumada a los reportes de incremento de inseguridad, así como el retroceso al retorno de actividades, es necesario reconocer la importancia de poner atención a este tema y agregarlo como un factor a analizar dentro de un sistema completo de seguridad integral.
El impacto financiero no es solamente sobre el cargamento en sí mismo, sino que afecta directamente al plan de riesgos en general, así como el comercio y las inversiones de capital nacional y extranjero. Otro de los factores que se ven inmiscuidos por el incremento de robos, es la siniestralidad de cada compañía, misma que al incrementarse puede elevar los costos de una póliza de seguros.
Por ello, una de las principales recomendaciones para mitigar el impacto es que, dentro de la estrategia y plan de seguridad, se contemple conocer las principales rutas de riesgo actuales, entre las que se encuentran la autopista México – Veracruz y el Circuito Exterior Mexiquense.
También es recomendable generar un protocolo de reacción y denuncia temprana, un análisis de riesgos con el cual se podría tener un plan de acción para cada posible situación de peligro.
Contar con los servicios de una consultoría de seguridad integral es la mejor inversión para asegurar el patrimonio y bienestar de tu empresa.
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