REDACCIÓN MOVISAFE
La seguridad es un tema que realmente le está costando mucho a México. El creciente panorama de inseguridad llega a impactar duramente en las decisiones de inversión de capital extranjero, y es que debido al constante embate de la delincuencia en diversos ámbitos, afecta incluso las decisiones de consumo. Lo anterior presenta la necesidad de incrementar los niveles de seguridad de cada empresa con el fin de salvaguardar su patrimonio, así como las inversiones de sus clientes.
Disminuir la inseguridad, la violencia y los robos es un factor clave para poder mantener la salud económica de cualquier empresa. Una de las formas más eficientes de lograrlo es invertir en los servicios de una “consultoría de seguridad”.
¿Qué es una consultoría de seguridad? Se trata de aquella empresa especialista en generar, asesorar y supervisar las medidas preventivas necesarias para proteger de manera efectiva; los bienes de una empresa o un cliente, en tal sentido, hacen uso de su conocimiento y experticia, mediante un análisis integral; evalúan las potenciales amenazas de seguridad para prevenirlas y desarrollar protocolos y planes de contingencia en caso de cualquier incidencia.
El concepto de seguridad integral para una empresa ha cambiado en las últimas décadas, tanto en alcances como responsabilidades, todo esto de manera proporcional al avance de la tecnología, transmisión de información, globalización; todo ello se ve sujeto al embate de amenazas correspondientes a cada uno de estos avances tales como: fraude, ciberamenaza, tráfico de información, robo, asaltos, y en términos de desastres naturales; la inclemencia de la naturaleza cada vez más cambiante.
Actualmente la gestión de riesgos que realiza una organización de manera interna está más enfocada en lo económico, así como en los movimientos necesarios para evitar pérdidas futuras. Aunque muy necesaria esta perspectiva de previsión, no obstante se basan netamente en escenarios económicos, dejando de lado por completo los peligros de inseguridad que perjudicarán ganancias y el mismo bienestar del patrimonio, que inclusive es más importante que cuente con medidas de seguridad integral.
Dos situaciones se suscitan ante esta postura: lo primero es que no se tiene un alcance real sobre las amenazas, por lo que se desconocen las exposiciones de riesgo. Lo segundo; se ejecutan acciones no correspondientes a prever o resolver estos mismos, ya que al carecer de todo el panorama, los planes de seguridad no están bien establecidos.
Considerando la base misma de la seguridad integral, la cual fundamenta sus resultados; en la generación de estrategias para preservar los activos tangibles e intangibles que comprenden el patrimonio de una empresa u organización. Lo anterior obliga a nunca estar al margen de las nuevas amenazas, de nuevos retos y trabajar con base en un análisis exhaustivo.
El pasado año 2019 se considera uno de los más violentos en la historia de México; la creciente violencia y delincuencia en nuestro país, condiciona y pone en riesgos crediticios, la rentabilidad, tanto de empresas mexicanas como extranjeras, lo anterior se relaciona con la inseguridad en las actividades económicas de dichas organizaciones e individuos.
Es concluyente que ante un panorama tan precario como este, desconocer los riesgos, carecer de un plan de seguridad y falta de un verdadero análisis integral, solo asegurará una profunda pérdida para cualquier organización o individuo.
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