Por Jessica Arreola
La instauración del modelo económico neoliberal en México, se materializó con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica en 1994, ahora denominado T-MEC, y dio pie a la apertura de nuevos mercados y oportunidades de inversión nunca antes contemplados.
Actualmente, el sector automotriz, se ha constituido como una de las áreas más fructíferas desde hace casi dos décadas, período durante el cual, México pasó de ocupar el onceavo lugar en 1999, al séptimo puesto entre el 2014 y 2018, en cuanto a producción de automóviles, acaparando un 3.9% a nivel mundial, por debajo de: China 25.7%, EUA 11%, Japón 9.2%, Alemania 5.1%, India 4.7%, Corea del Sur 4%, México 3.9%, de acuerdo con datos de la Organización de Constructores de Automóviles (OICA).
México fue denominado el mayor productor de vehículos en América Latina, situación que se vio reflejada en una aportación del 3.7% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y 20.2% del PIB manufacturero, en 2017.
Por otra parte, es imprescindible considerar la conformación de la Alianza Centro-Bajío-Occidente ya que, dentro de este grupo, se encuentra un 14.3% del total de Inversión Extranjera Directa (IED) captado a nivel nacional de acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), donde Estados Unidos y Canadá, se han sumado como inversores de gran importancia.
Uno de los estados con mayor peso económico ubicado dentro esta región, ha sido Guanajuato ya que, durante la última década, fue la entidad que registró el mayor avance económico a nivel nacional, al considerar su contribución al PIB de 4.4%, según el INEGI.
Cabe mencionar que Guanajuato es la única entidad federativa del país, donde se encuentran cinco plantas ensambladoras de automóviles de compañías originarias de Estados Unidos, Alemania y Japón.
Así, los municipios más beneficiados dentro de este corredor industrial han sido Silao, Celaya, Salamanca, Apaseo el Grande, Comonfort, Cortazar, Irapuato y León.
Aunado a lo anterior, el territorio guanajuatense también se ha constituido como un atractivo para inversionistas de otras nacionalidades, debido a su infraestructura carretera y férrea, posicionamiento geográfico y disponibilidad de terrenos adecuados para la construcción de parques industriales.
Así pues, en un periodo de diez años, los países que más invirtieron en el país, considerando la Inversión Extranjera Directa, de mayor a menor fueron: Estados Unidos, Japón, España, Italia, Bélgica, Alemania, Canadá, Suiza, Reino Unido y Francia, de acuerdo con la Secretaría de Economía. Descrito el panorama económico de la región, parecería que esta zona resulta idónea para la prosperidad de los habitantes y extranjeros que residen en cualquiera de estas ciudades.
No obstante, desde hace tiempo la inseguridad relacionada con el crimen organizado y el aumento de muertes violentas, ha incrementado hasta el punto de ser considerada como el epicentro de la violencia a nivel nacional, pues en 2019 registró el mayor número de homicidios del país con 3,446 casos, de acuerdo con datos de MOVISAFE.
Este panorama es derivado de la pugna entre al menos dos grupos criminales: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho” y el Cártel de Santa Rosa de Lima (CRSL), bajo el mando de José Antonio Yepes, alias “El Marro”, agrupación dedicada en mayor medida, al robo de combustible (huachicoleo) y extorsión.
Aunada a esta situación, la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador, y la estrategia implementada en territorio guanajuatense, denominada “Golpe de Timón”, en enero del 2019, que pretendía hacerle frente al huachicoleo, ha desatado una ola de violencia extrema, donde las fuerzas del orden han sido uno de los blancos principales.
A pesar de que la entidad es una en donde los tres órdenes de gobierno trabajan de manera conjunta en materia de seguridad, los resultados en respecto a asesinatos y eventos de violencia extrema, no ha vislumbrado un panorama positivo para la baja en la criminalidad de la región.
Asimismo, el estado alberga al llamado “Triángulo de Guanajuato”, zona constituida por los municipios de León, Villagrán, Salamanca, Irapuato, Los Apaseos y Celaya, el cual se caracteriza por concentrar la mayor parte de los ductos de Pemex, lo que la convierte en un territorio vulnerable para el recrudecimiento de eventos violentos.
De esta forma, un importante flujo de inversiones extranjeras en el estado, se ha visto afectado ya que los municipios donde se ha destinado un porcentaje considerable de esa suma, forman parte de la zona en cuestión.
En abril del año pasado, el presidente de la Federación Bajío Centro de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Jorge Ramírez Hernández, aseguró que al menos 70 empresas, que tenían confirmadas inversiones en el municipio de León, tomaron la decisión de pausar sus proyectos y mencionó que las compañías con operaciones en Guanajuato, han tenido que aumentar en un 3% su gasto para seguridad.
Asimismo, la IED ha experimentado una desaceleración en la zona, reflejada en una disminución del 72% de inversiones japonesas en el 2018, comparadas con las del 2017, de acuerdo con datos revelados por la Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable de Guanajuato.
Consecuentemente, el panorama delictivo de la región, no se limita al robo de combustible, sino que ha implicado otros ilícitos como la extorsión a sucursales de venta de autos o pequeños comerciantes a través del cobro de derecho de piso. Como ejemplo de esta situación, cabe mencionar lo ocurrido en septiembre de 2019, cuando una agencia de autos estadounidense cerró sus puertas, luego de haber sido víctima de un ataque a balazos en contra de sus instalaciones en el municipio de Celaya, como represalia por parte de organizaciones criminales, al abstenerse de pagar un monto exigido.
Por si fuera poco, la disminución en las ventas de autos en territorio guanajuatense, cayeron un 14.9% en el 2019, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA). Guillermo Rosales Zárate, Director Adjunto del organismo, comentó en una conferencia de prensa, que una de las consecuencias de ello, fue el incremento del delito de robo a vehículo. En el 2019, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró un incremento del 10% en los casos reportados de este delito, comparado con el año anterior.
Si bien la inversión en esta zona implica un nivel de riesgo, sobre todo por su particular situación en materia de seguridad, valdrá la pena tomar las medidas necesarias de resguardo para aquellos dispuestos a gozar de los frutos nacientes de este paraíso automotriz; como ejemplo de las posibilidades que representa este lugar, se encuentra la apertura de la segunda planta armadora de una empresa japonesa automotriz, en el municipio de Apaseo el Alto, con una inversión estimada de 700 millones de dólares.
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