Entrada: De robos y semáforo rojo

Por Carlos Herrera

Tradicionalmente, la temporada vacacional de invierno va aparejada de un aumento en el número de asaltos en vía pública, además de los robos a casa-habitación. Con la pandemia de Covid–19, y dado que diferentes entidades con zonas urbanas han pasado a Semáforo Rojo en relación a contagios de dicha enfermedad, es de esperarse que las dinámicas anuales se hayan trastocado.

En primera instancia, la reclusión a la que se ha debido sujetar a una gran parte de la población ha tenido como efecto la reducción en robos a casa–habitación; por otro lado, la disminución en la movilidad y la puesta en marcha de horarios que limiten las actividades nocturnas ha permitido que, de manera tangencial, hayan disminuido los asaltos en vía pública.

Sin embargo, el crimen tiende a ser adoptado como forma de vida por aquellos individuos que lo practican, por lo que una baja en la ‘oferta’ de víctimas no significa que los delincuentes se vayan a decantar por ejercer otras actividades en las que las ganancias sean menores e impliquen mayores inversiones.

En entregas pasadas, se ha hecho hincapié en formas de robo y fraude adaptadas al avance tecnológico y que permiten esquivar los problemas derivados del confinamiento; sin embargo, hay que considerar que, en un país como México, en el que los medios materiales para la realización de las actividades económicas se encuentran limitados, los criminales comunes no quedan exentos de esto.

Cuestiones como el robo común, con y sin violencia, permanecen como algo frecuente, de ahí que no extrañe que en los espacios informativos este tipo de actos criminales mantengan un lugar privilegiado.

Sin embargo, lo que en otros años pudo limitarse a un simple robo, puede escalar en letalidad, ante la impaciencia del delincuente por hacerse de un botín de manera rápida y segura, algo que han evidenciado los asaltos en transporte público, sobre todo en la Zona Metropolitana del Valle de México.

Lugares como estacionamientos solitarios en plazas comerciales, el exterior de los centros bancarios y en general todo sitio que ofrezca la oportunidad de perpetrar un robo a bajo costo, se mantienen como puntos rojos.

No se puede descartar que al terminar el confinamiento aumente el número de estos eventos de manera rápida, hasta estabilizarse a las cifras de antes de implementarse las medidas contra la pandemia, será entonces cuando, posiblemente, entremos un Semáforo Rojo de otro tipo, esta vez en inseguridad.

Para mayores informes: contacto@movisafe.com

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