Entrada: Políticos al acecho: los atentados como forma de control criminal

Por Karina Pichardo

El reciente asesinato del ex gobernador del estado de Jalisco, Aristóteles Sandoval, demuestra cómo el crimen organizado ha obtenido el poder de facto en algunos puntos estratégicos del país, pues el hecho de que atenten contra el poder político es una forma de coerción para obtener o mantener el control y continuar operando con impunidad.

Este mismo modus operandi, es la manera en la que algunas organizaciones criminales obtienen el poder de una plaza (forma en la que se le denomina a una zona geográfica en la que realizan sus operaciones ilícitas), mediante la intimidación a las corporaciones policiales mediante amenazas, muchas veces cumplidas, como ataques armados a instalaciones o a los mismos elementos, para debilitarlas y operar con libertad.

Una vez explicado esto, retomamos el más reciente atentado contra un político, ocurrido el pasado 18 de diciembre, en Puerto Vallarta, Jalisco, donde fue asesinado el ex gobernador Aristóteles Sandoval, dentro de un bar.

El ataque se suscitó al interior del sanitario del establecimiento, sin embargo, cuando su escolta intentó trasladarlo para que recibiera atención médica se desató un enfrentamiento armado al exterior del lugar; el escolta resultó herido en este hecho. Cabe mencionar que, presuntamente, había recibido amenazas por parte de una organización criminal desde el año 2015.

Una situación a destacar es que personal del lugar limpió y levantó indicios de la escena del crimen, hecho que dificultó las investigaciones. Por otro lado, no es el primer acontecimiento de esta índole, pues diez años atrás, otro ex gobernador perdió la vida en un atentado.

Se trató de Jesús Silverio Cavazos, ex gobernador del vecino estado de Colima, quien fue asesinado en un ataque armado afuera de su domicilio ubicado en la ciudad de Colima, el 21 de noviembre del 2010; derivado de este hecho, meses después, el presunto autor intelectual de crimen Gerardo Mendoza Chávez, fue detenido y recluido en el penal de Puente Grande, Jalisco, donde fue asesinado en una riña entre reos.

Ahora bien, a diferencia de estos casos donde las víctimas fueron ex gobernadores y se le atribuyeron a la delincuencia organizada, se han registrado numerosos eventos en los que el blanco de los ataques incluye a otros actores de la clase política, tales como ediles, secretarios, colaboradores y candidatos a puestos políticos.

Es así que, por razones estratégicas para las organizaciones delictivas, los periodos de campañas electorales se vuelven pieza clave para sus objetivos criminales, por lo que regularmente en esta jornada se reportan distintas agresiones a candidatos a puestos de elección popular, viéndose principalmente afectados los estados de interés logístico para las organizaciones criminales.

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